Pon cúrcuma en tu dieta
Tradicionalmente la cúrcuma se conoce por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, por su actividad sobre la vesícula biliar, como colagogo y colerético.
Uno de los compuestos más estudiados, y por lo tanto, para el que más se han demostrado sus efectos, son los curcuminoides, entre los cuales protagoniza la curcumina.
La curcumina es el principal principio activo de la cúrcuma. Muy conocido por las numerosas propiedades que aporta.
¿Qué te aporta la curcumina?
La curcumina actúa en tu organismo como antioxidante y captadora de radicales libres, por lo que ayuda a reducir el estrés oxidativo y el envejecimiento de las células.
También es antiinflamatoria, contribuyendo en modelos de inflamación, ya sean agudos o crónicos. Se recomienda, en muchas ocasiones, en casos de artritis para ayudar al tratamiento de los síntomas asociados.
Su acción sobre la vesícula biliar contribuye a incrementar la secreción biliar y ayuda en casos de indigestión que provocan flatulencias, digestiones lentas, sensaciones de hinchazón… etc, además de proporcionar cambios cualitativos en la microbiota intestinal.
Otros estudios afirman también que la curcumina está indicada para el envejecimiento neurocognitivo, debido a sus efectos sobre los procesos involucrados. Además, se le atribuye el beneficio de mejorar el estado de ánimo y la memoria de trabajo, es decir, al almacenamiento de memoria temporal y a potenciar el rendimiento cognitivo.
Otras propiedades demostradas son: antibacteriana, antiviral y anti fúngica. Por lo que el consumo de este alimento te aportará un bien estar general.
¿Cómo es mejor tomarla?
La cúrcuma en sí es una especie con una concentración baja de curcumina, por lo que se recomienda tomarla en forma de extracto, para una mayor concentración del principio activo tal y como la presentamos en Vittalogy, y que sus efectos sean aún más notables con un consumo más reducido. No obstante, también se puede encontrar fresca y en polvo.